El camino del la sanación y las emociones

Encontrar el camino de la sanación y recuperar la salud. Pasa por el análisis de nuestras emociones y reencontrar el equilibrio perdido.   

Las personas estamos hechas de millones de células, que se organizan en órganos, cada uno con una misión distinta, pero unidas entre sí por un mismo objetivo, sobrevivir.

Desde el embrión, el desarrollo y la rápida comprensión de qué tiene que hacer cada  célula,  donde tiene que posicionarse, cuál va a ser su función, es crucial para que todo el ser tenga las máximas posibilidades de vivir con las mejores condiciones.

Todo en conexión, la sangre distribuyendo el oxígeno, retirando lo que ya no sirve, y llevándolo a los encargados de eliminarlo, como el intestino, los riñones, o la piel, hacen del interior del cuerpo una maravilla de gran complejidad y eficacia.

Pero no todo son órganos los seres humanos, tenemos algo que nos marca y define: las emociones.

Lo que sentimos es nuestra realidad. Y aunque no sea cierto, si pensamos en un limón, aunque esté solo en nuestra imaginación, el  cuerpo casi siente, y huele se limón de manera tan real como si nos lo estuviéramos comiendo. Nuestra boca produce saliva, los jugos del estómago se preparan, y todo entra en funcionamiento para darnos el festín.

Si gestionamos de manera adecuada estos sentimientos, no nos hacen daño, y además, nos benefician, enseñan, protegen.

La biodescodificación ha localizado emociones ligadas a ciertos órganos. Os vamos a contar qué sentimientos alteran qué zonas del organismo, y de qué manera se solventa este problema.

La medicina integrativa tiene en cuenta éste hecho, y es por eso que cuando se quiere tratar a una persona, no tenemos en cuenta sólo el órgano afectado, sino todo el conjunto del ser humano.

Se ha visto que las culturas ancestrales nos hablaban de las conexiones emocionales con los órganos viseras y estructuras corporales

El Hígado es el que refleja estados de ira, de enfado y de intolerancia.

La Vesícula Biliar, la envidia, los disgustos, las críticas, la amargura.

El Sistema Circulatorio, la falta de amor, el narcisismo.

El Intestino Grueso padece los apegos, la dificultad de ser generoso, de dejar ir lo que nos sobra.

El Intestino Delgado, acumula las preocupaciones.

Estómago, padece de los excesos de responsabilidad, y de exigencia laboral.

El Bazo-Páncreas, una dificultad de disfrutar de la vida.

El Riñón, refleja el miedo a la vida, la desvalorización.

El Pulmón recoge la melancolía.

La vejiga, indica desesperanza, pérdida de fe en la vida, no ver salida a los problemas. https://isabelbosque.com/el-lenguaje-oculto-de-nuestro-cuerpo/

Cuando llegas a fisioterapeuta o tu osteópata, y al realizarte masajes o manipulaciones te dice, por ejemplo, que por tus síntomas tienes un exceso de estrés, que se dirige directamente a problemas cervicales, nos parecen magos.

Pero no lo son. Sencillamente, lo que sentimos lo reflejamos en nuestra anatomía.

Es por eso que la curación, para que sea completa, pasa por abordar no solo el problema en la estructura, sino de las emociones mal gestionadas.

El reflejo en los órganos de las emociones la hemos hecho para tener como un mapa que nos lleve al centro del problema, pero todos debemos hacer la reflexión, según nuestra sintomatología, de saber de qué manera lo que estamos sintiendo nos está afectando.

Y en la actualidad existen muchos investigadores, escritores, médicos, odontólogos, psicólogos, que se han dedicado a estudiar estas conexiones y a codificarlas y darles sentido y signofocado como Eric corbera, Deepak ChopraWayne Dyer y Jerry Hicks,Louse hay,  entre otros.

Somos seres vivos, que producimos energía, y la emanamos. Las vibraciones que reciben los demás hacen que atraigamos tanto personas concretas como situaciones.  Debemos aprender de ellas para transcender. Si no lo hacemos, las mismas cosas nos seguirán pasando, y no seremos capaces de mejorar, ni de romper el círculo vicioso. Este tipo de terapia es interesante como complemento a otros tratamientos, para considerar diferentes aspectos de la persona, no limitarnos a uno solo.

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